Conclusión
La pérdida de biodiversidad en México representa un desafío ambiental urgente que requiere respuestas firmes y sostenidas desde la gestión pública. Si bien existen marcos normativos y estrategias sólidas como la ENBioMex y las EEB, aún persisten debilidades significativas en su ejecución, coordinación y financiamiento. Además, las causas profundas de esta problemática, como las políticas económicas, el modelo de desarrollo insostenible y la falta de conciencia ambiental, siguen sin abordarse de manera estructural.
Este análisis ha permitido evidenciar que, para revertir esta tendencia, es indispensable fortalecer la implementación de las políticas existentes, asegurar su integración con otros sectores, y fomentar una participación ciudadana informada y comprometida. También se destaca la necesidad de transformar el paradigma dominante, pasando de una visión antropocéntrica a una más respetuosa e interdependiente con la naturaleza.
En conclusión, la conservación de la biodiversidad no solo es una obligación ética y ecológica, sino también una condición esencial para garantizar el bienestar presente y futuro de la sociedad mexicana. El camino hacia una verdadera sostenibilidad exige decisiones valientes, articulación institucional y un cambio profundo en la relación entre el ser humano y su entorno.
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